22 de julio de 2011
Esta etapa ha tenido un poco de todo: paisajes increíbles, mucha lluvia, curvas imposibles... La ruta que hemos seguido es la siguiente:
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Nos hemos desviado de la carretera E39 para seguir la ruta de los trolls, por la famosa carretera 63, pasando por el fiordo de Geiranger, según muchos el más bello de Noruega.
Nos hemos despertado en el hotel descansados, aunque algo bajos de moral por los problemas de la noche anterior para encontrar alojamiento, y porque la lluvia sigue cayendo con intensidad.
Tras un desayuno muy abundante, cargamos la moto y nos lanzamos a la carretera con la ilusión de pasar por carreteras de las que hemos escuchado y leído tantas cosas.
Antes de entrar en la carretera 63 paramos en un lago rodeado de enormes moles de las que bajaban multitud de cascadas del deshielo de sus cumbres. El lugar era para quedarse extasiado.
Cuando vemos el cartel que indica la carretera 63 torcemos a la izquierda y nos lanzamos a ella. Para llegar al fiordo de Gerianger hay que subir a las cumbres nevadas de estas montañas y luego descender. El trazado de la carretera parece que lo haya ideado un demente; hay que hacer decenas de curvas de 180 grados en las que no queda más remedio que poner la primera velocidad.
Con el suelo tan mojado se debe extremar el cuidado para no patinar y, además, en estas latitudes ya no hay renos pero si abundan los animales de granja, como ovejas y vacas, que campan a sus anchas.
Este es el fiordo de Geiranger visto desde arriba:
Tras contemplarlo durante un rato, te hace sentir realmente pequeño.
Bajamos por la angulosa carretera hasta el pueblo de Geiranger. Había bastante turismo en él.
Nos montamos nuestro pícnic ahí y empezamos el ascenso por la otra ladera sin sospechar lo que nos aguardaba...
Esa parte de la 63 es más revirada aún que la anterior. Las horquillas se suceden sin tregua, pero lo peor es que nos llevó directamente a las nubes. Y no lo digo en sentido figurado...
En esta parte las nubes están exactamente a 600m sobre el nivel del mar. Lo comprobamos porque había hitos señalando cada 100m de ascenso. Al llegar a los 600 la visibilidad se hizo nula. Nos esperaban unos 20 quilómetros de lluvia, frío, una niebla que te daba 10 metros escasos de visibilidad y una carretera infernal.
Bajamos como pudimos y paramos en la primera gasolinera que encontramos a calentarnos las manos.
Seguimos un rato más, pero la tensión de la bajada nos había destrozado la espalda y decidimos parar pronto. Cogimos una cabaña cerca del pueblo de Innvik, a orillas del fiordo que lleva su nombre.
Hoy hemos avanzado sólo 210 km, pero han sido realmente intensos. Nos quedaremos con los espectaculares paisajes y la sensación claustrofóbica que nos han causado las nubes de Geiranger.
La carretera no perdona en este país. Mañana seguiremos ganándole la batalla.
viernes, 22 de julio de 2011
jueves, 21 de julio de 2011
17ª etapa: Stjørdal - Vestnes 362 km
21 de julio de 2011
En realidad, según google maps, esta etapa son 265 km, el resto son de propina por varios motivos que os cuento a continuación. El recorrido es este:
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La primera dosis de quilómetros extra nos la hemos pegado porque de una clínica nos han derivado a otra, y de esta segunda a una tercera. No entraremos en más detalle sobre la pierna de Natàlia, sólo decir que está evolucionando bien.
Hemos parado a comer en el Ikea. Hacía días que solo comíamos sobres, pescado ahumado y perritos, así que sus albóndigas nos han sabido a gloria...
Después hemos hecho una visita rápida a Trondheim y, sobretodo, a su Catedral de los Niardos. Realmente espectacular:
A partir de Trondheim, abandonamos definitivamente la carretera que hemos seguido tantos dias, la E-6, y cogemos la E-39 que va bordeando los fiordos atlánticos.
A partir de ahí todo comenzó a salirnos mal...
Perdemos un ferry en las narices. Nos toca media hora...bajo la lluvia...
Íbamos ya con bastante retraso por las visitas a las clínicas y a Trondheim. Cuando llegamos a la altura de Molde eran ya las 19:30h. Intentamos coger cámping y nos cuentan que hay un festival de jazz en la ciudad y que además es temporada alta para el turismo en esta zona. Todos los alojamientos están ocupados.
No nos queda más remedio que continuar conduciendo bajo la lluvia. Cogemos otro ferry para cruzar el fiordo de Molde y seguimos por la E39 hasta encontar un cámping 30 quilómetros después.
Un horrible cartel de HYTTE OCCUPED nos recibe. Son ya las 21:00h y con la moto parada delante de la recepción del cámping, con intensa lluvia, y ya con los ánimos y las fuerzas bajo mínimos, aparece la dueña del cámping y nos pregunta que hacemos ahí parados.
Le contamos que vamos buscando donde dormir desde las 19:00 y que no encontramos nada. Nos dice que ella tampoco tiene pero que entremos, que hará unas llamadas a ver si encuentra algo.
La pobre mujer hace como una decena de llamadas y en cada una de ellas nos dice, con una risa contagiosa, aunque también nerviosa, que está completo.
Finalmente le pido si nos podemos quedar bajo el techo de su porche... supongo que nuestro aspecto a esa hora, con las ropas de motero empapadas, no era demasiado bueno, puso cara de lástima y empezó a llamar a los hoteles de la zona.
Al cabo de un par de llamadas, logró encontrarnos una habitación en Vestnes, de donde veníamos, a unos 20 km.
La habitación nos costó 990 NOK, unos 130€, bastante por encima de nuestra media... Pero la habitación era muy grande y confortable. Incluia el dasayuno, muy variado y abundante. Al final, no estuvo mal.
Llegamos al hotel pasadas las 22:00.
Y nos pusimos a dormir...rendidos...
En realidad, según google maps, esta etapa son 265 km, el resto son de propina por varios motivos que os cuento a continuación. El recorrido es este:
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La primera dosis de quilómetros extra nos la hemos pegado porque de una clínica nos han derivado a otra, y de esta segunda a una tercera. No entraremos en más detalle sobre la pierna de Natàlia, sólo decir que está evolucionando bien.
Hemos parado a comer en el Ikea. Hacía días que solo comíamos sobres, pescado ahumado y perritos, así que sus albóndigas nos han sabido a gloria...
Después hemos hecho una visita rápida a Trondheim y, sobretodo, a su Catedral de los Niardos. Realmente espectacular:
A partir de Trondheim, abandonamos definitivamente la carretera que hemos seguido tantos dias, la E-6, y cogemos la E-39 que va bordeando los fiordos atlánticos.
A partir de ahí todo comenzó a salirnos mal...
Perdemos un ferry en las narices. Nos toca media hora...bajo la lluvia...
Íbamos ya con bastante retraso por las visitas a las clínicas y a Trondheim. Cuando llegamos a la altura de Molde eran ya las 19:30h. Intentamos coger cámping y nos cuentan que hay un festival de jazz en la ciudad y que además es temporada alta para el turismo en esta zona. Todos los alojamientos están ocupados.
No nos queda más remedio que continuar conduciendo bajo la lluvia. Cogemos otro ferry para cruzar el fiordo de Molde y seguimos por la E39 hasta encontar un cámping 30 quilómetros después.
Un horrible cartel de HYTTE OCCUPED nos recibe. Son ya las 21:00h y con la moto parada delante de la recepción del cámping, con intensa lluvia, y ya con los ánimos y las fuerzas bajo mínimos, aparece la dueña del cámping y nos pregunta que hacemos ahí parados.
Le contamos que vamos buscando donde dormir desde las 19:00 y que no encontramos nada. Nos dice que ella tampoco tiene pero que entremos, que hará unas llamadas a ver si encuentra algo.
La pobre mujer hace como una decena de llamadas y en cada una de ellas nos dice, con una risa contagiosa, aunque también nerviosa, que está completo.
Finalmente le pido si nos podemos quedar bajo el techo de su porche... supongo que nuestro aspecto a esa hora, con las ropas de motero empapadas, no era demasiado bueno, puso cara de lástima y empezó a llamar a los hoteles de la zona.
Al cabo de un par de llamadas, logró encontrarnos una habitación en Vestnes, de donde veníamos, a unos 20 km.
La habitación nos costó 990 NOK, unos 130€, bastante por encima de nuestra media... Pero la habitación era muy grande y confortable. Incluia el dasayuno, muy variado y abundante. Al final, no estuvo mal.
Llegamos al hotel pasadas las 22:00.
Y nos pusimos a dormir...rendidos...
miércoles, 20 de julio de 2011
16ª etapa: Mosjøen - Stjørdal 372 km
20 de julio de 2011
La etapa de hoy ha sido la siguiente:
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Al levantarnos en el cámping de Mosjøen, hemos visto que al lado teníamos una pareja de moteros noruegos que montaban una Goldwing y llevában un gran remolque para el equipaje. Al ver salir al piloto le he preguntado si no tenía espacio suficiente en la Goldwing que encima tenia que ir arrastrando el armatoste del portaequipajes. Me ha contestado "ya sabes, mi mujer no quiere venir si no se lleva todas sus cosas".
A partir de ahí hemos seguido hablando y nos hemos ido encontrando y charlando los cuatro en diferentes paradas y gasolineras. Ahora siento no haberles hecho una foto a ellos y su impresionante máquina para enseñárosla.
El dia ha transcurrido tranquilo y soleado en casi toda la etapa. Hemos parado en unos impresionantes saltos de agua:
Y hemos seguido sin perder demasiado tiempo ya que queríamos dormir cerca de Trondheim para poder ir mañana temprano al hospital a hacer la cura de la pierna de Natalia.
Trondheim es la segunda ciudad más grande de Noruega y mañana le haremos una visita.
Cuando quedaban unos 15 quilómetros para llegar a la ciudad nos desviamos de la E-6 para ir a un cámping que nos indicaba el GPS. cogemos la carretera E-14 durante 8 km y llegamos a una granja de trigo con cuatro Hytters. Alquilamos uno por 250 NOK, unos 32 €.
Le preguntamos al hombre que nos atiende, que también es el granjero, a que clínica nos aconseja ir mañana por la mañana y le explicamos el accidente de Natalia. Entonces nos dice que nos va a acompañar, le contestamos que no es necesario, pero al cabo de un rato viene a nuestra cabaña con su 4x4 y me dice que me monte, y me da una vuelta de unos 20 quilómetros enseñándome donde están todos los centros médicos de la ciudad.
Durante este rato me cuenta un poco su vida, sus viajes por suramérica y su trabajo como granjero en este pueblo de Noruega. Un tipo muy amable realmente.
Así que esa noche dormimos en su granja...
Es un lugar distinto a los cámpings donde hemos ido pasando. Un lugar encantador. Aunque el cielo amenaza de nuevo...
El tiempo cambia de un momento a otro en este país...
Mañana toca curar la pierna y visitar Trondheim.
La etapa de hoy ha sido la siguiente:
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Al levantarnos en el cámping de Mosjøen, hemos visto que al lado teníamos una pareja de moteros noruegos que montaban una Goldwing y llevában un gran remolque para el equipaje. Al ver salir al piloto le he preguntado si no tenía espacio suficiente en la Goldwing que encima tenia que ir arrastrando el armatoste del portaequipajes. Me ha contestado "ya sabes, mi mujer no quiere venir si no se lleva todas sus cosas".
A partir de ahí hemos seguido hablando y nos hemos ido encontrando y charlando los cuatro en diferentes paradas y gasolineras. Ahora siento no haberles hecho una foto a ellos y su impresionante máquina para enseñárosla.
El dia ha transcurrido tranquilo y soleado en casi toda la etapa. Hemos parado en unos impresionantes saltos de agua:
Y hemos seguido sin perder demasiado tiempo ya que queríamos dormir cerca de Trondheim para poder ir mañana temprano al hospital a hacer la cura de la pierna de Natalia.
Trondheim es la segunda ciudad más grande de Noruega y mañana le haremos una visita.
Cuando quedaban unos 15 quilómetros para llegar a la ciudad nos desviamos de la E-6 para ir a un cámping que nos indicaba el GPS. cogemos la carretera E-14 durante 8 km y llegamos a una granja de trigo con cuatro Hytters. Alquilamos uno por 250 NOK, unos 32 €.
Le preguntamos al hombre que nos atiende, que también es el granjero, a que clínica nos aconseja ir mañana por la mañana y le explicamos el accidente de Natalia. Entonces nos dice que nos va a acompañar, le contestamos que no es necesario, pero al cabo de un rato viene a nuestra cabaña con su 4x4 y me dice que me monte, y me da una vuelta de unos 20 quilómetros enseñándome donde están todos los centros médicos de la ciudad.
Durante este rato me cuenta un poco su vida, sus viajes por suramérica y su trabajo como granjero en este pueblo de Noruega. Un tipo muy amable realmente.
Así que esa noche dormimos en su granja...
Es un lugar distinto a los cámpings donde hemos ido pasando. Un lugar encantador. Aunque el cielo amenaza de nuevo...
El tiempo cambia de un momento a otro en este país...
Mañana toca curar la pierna y visitar Trondheim.
martes, 19 de julio de 2011
15ª etapa: Kvannvatnet - Mosjøen 493 km
19 de julio de 2011
Parece que nuestra mala suerte nos ha dado tregua. Hoy hemos tenido un dia fantástico en muchos sentidos. De momento aqui está el recorrido hecho a lomos de la bonnie:
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El dia ha comenzado tan gris como terminó ayer. De hecho, como no anochece, parece que todo sigue igual, es decir, lluvia, ambiente frio y un cielo que asusta.
Hoy nos hemos propuesto llegar a Mo i Rana y así cruzar de nuevo la frontera psicológica del círculo polar ártico.
Tras montar las maletas y subirnos a la moto comienza a diluviar. Pero ya os hemos avanzado que nuestra suerte ha cambiado; hoy ha sido el dia de los túneles. No los hemos contado pero por lo menos hemos atravesado una docena de ellos:
Los hay desde uno hasta 8 km de largo. Con curvas interminables en el interior, y otros que son largas rectas.
Atravesando uno de estos últimos, veíamos la luz al final del tunel, en sentido literal y también metafórico: al salir vemos que hemos dejado atrás la tormenta y luce un sol magnífico.
unos poco quilómetros más al sur encontramos un bonito pueblo del que desgraciadamente no recuerdo el nombre. Paramos a echar gasolina y tomar un café caliente y allí conocemos un abuelo danés que está subiendo a Nordkapp con su moto de 50cc:
Le pregunto por la velocidad máxima de su yamaha y me contesta que es de 40-45 km/h. Admirable.
Vemos un poco más allá una tienda donde reparan ordenadores. Vamos a preguntar a ver si pueden reparar el nuestro y nos dicen que si, pero que tardarán 24h y costará 1500 NOK, unos 200 euros. Le decimos que no. Cerca hay una tienda expert de electrodomésticos. Entramos y, tras un regateo bastante agradable y sencillo, salimos con un nuevo portatil muy parecido al que se nos estropeó por solo 230€. Y encima luce el sol!
Nuestro estado de ánimo mejora por momentos.
La pierna de Natàlia está respondiendo bien. No le duele y hemos fijado un poco mejor el vendaje con una cinta adhesiva que hemos comprado en una farmacia.
Montamos de nuevo y en un abrir y cerrar de ojos y unos cuantos tuneles más estamos de nuevo en el círculo polar ártico. Esta vez lo cruzamos por Noruega y nos parece un lugar mucho más hermoso que cuando lo hicimos por Suecia, en Rovaniemi:
Seguimos un poco más, cruzamos Mo i Rana sin pararnos.
Un poco más adelante vemos un puente atravesando un rio y no podemos resistirnos a hacer un alto para echar un par de fotos:
No podemos perder mucho tiempo. La E-6 no te perdona ni un solo quilómetro...
A las 18:30 comienza a llover ligeramente y decidimos parar. Hoy estamos contentos por varias razones: la pierna de Natàlia no le duele y tiene mejor aspecto, por primera vez en varios dias hemos sentido el calor del sol, tenemos un nuevo ordenador y, además, quizás hoy veremos anochecer...
Este es el hytte donde dormiremos por 400 NOK, unos 52 €:
Por muy negras que se vean las cosas, tal como nos sucedía a nosotros en los dos días últimos, siempre sale un arcoiris de esperanza al final de la tormenta...
Finalmente, no terminó de anochecer, pero quedó un cielo para no olvidar...
Parece que nuestra mala suerte nos ha dado tregua. Hoy hemos tenido un dia fantástico en muchos sentidos. De momento aqui está el recorrido hecho a lomos de la bonnie:
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El dia ha comenzado tan gris como terminó ayer. De hecho, como no anochece, parece que todo sigue igual, es decir, lluvia, ambiente frio y un cielo que asusta.
Hoy nos hemos propuesto llegar a Mo i Rana y así cruzar de nuevo la frontera psicológica del círculo polar ártico.
Tras montar las maletas y subirnos a la moto comienza a diluviar. Pero ya os hemos avanzado que nuestra suerte ha cambiado; hoy ha sido el dia de los túneles. No los hemos contado pero por lo menos hemos atravesado una docena de ellos:
Los hay desde uno hasta 8 km de largo. Con curvas interminables en el interior, y otros que son largas rectas.
Atravesando uno de estos últimos, veíamos la luz al final del tunel, en sentido literal y también metafórico: al salir vemos que hemos dejado atrás la tormenta y luce un sol magnífico.
unos poco quilómetros más al sur encontramos un bonito pueblo del que desgraciadamente no recuerdo el nombre. Paramos a echar gasolina y tomar un café caliente y allí conocemos un abuelo danés que está subiendo a Nordkapp con su moto de 50cc:
Le pregunto por la velocidad máxima de su yamaha y me contesta que es de 40-45 km/h. Admirable.
Vemos un poco más allá una tienda donde reparan ordenadores. Vamos a preguntar a ver si pueden reparar el nuestro y nos dicen que si, pero que tardarán 24h y costará 1500 NOK, unos 200 euros. Le decimos que no. Cerca hay una tienda expert de electrodomésticos. Entramos y, tras un regateo bastante agradable y sencillo, salimos con un nuevo portatil muy parecido al que se nos estropeó por solo 230€. Y encima luce el sol!
Nuestro estado de ánimo mejora por momentos.
La pierna de Natàlia está respondiendo bien. No le duele y hemos fijado un poco mejor el vendaje con una cinta adhesiva que hemos comprado en una farmacia.
Montamos de nuevo y en un abrir y cerrar de ojos y unos cuantos tuneles más estamos de nuevo en el círculo polar ártico. Esta vez lo cruzamos por Noruega y nos parece un lugar mucho más hermoso que cuando lo hicimos por Suecia, en Rovaniemi:
Seguimos un poco más, cruzamos Mo i Rana sin pararnos.
Un poco más adelante vemos un puente atravesando un rio y no podemos resistirnos a hacer un alto para echar un par de fotos:
No podemos perder mucho tiempo. La E-6 no te perdona ni un solo quilómetro...
A las 18:30 comienza a llover ligeramente y decidimos parar. Hoy estamos contentos por varias razones: la pierna de Natàlia no le duele y tiene mejor aspecto, por primera vez en varios dias hemos sentido el calor del sol, tenemos un nuevo ordenador y, además, quizás hoy veremos anochecer...
Este es el hytte donde dormiremos por 400 NOK, unos 52 €:
Por muy negras que se vean las cosas, tal como nos sucedía a nosotros en los dos días últimos, siempre sale un arcoiris de esperanza al final de la tormenta...
Finalmente, no terminó de anochecer, pero quedó un cielo para no olvidar...
lunes, 18 de julio de 2011
14ª etapa: Hartstad - Kvannvatnet 147 km
18 de julio de 2011
Nuevamente, la etapa de hoy ha sido muy ligerita de quilómetos. Ahora os contaremos la razón.
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La mañana comienza en el cámping de Harstad, donde pasamos el dia de ayer. Nos levantamos temprano para llegar al hospital, donde teníamos visita a las 10h. Queríamos llegar un poco antes para ver si nos atendían rápido y podíamos seguir bajando.
Nuestros ánimos estaban por los suelos. Para rematar el fatal dia de ayer, se nos mojó el portátil donde llevábamos toda la información del viaje y otras cosas importantes y dejó de funcionar. Kaput.
La pasada noche hubiera firmado con mi sangre para estar en casa y no en este lugar en el culo del mundo; mi mujer está herida de cierta gravedad, nos estamos quedando sin dinero en la cuenta de la tarjeta con la que pagamos todo y sin ordenador no puedo hacer transferencias. En fin. Llamé a mi hermano para que mirase si había algún vuelo. Me devolvió la llamada y me dijo que existia una posibilidad desde Narvik, ciudad cercana.
Con tales ánimos vamos al hospital, pensando que la cosa iría rápida. Al llegar hacen pasar a Natàlia a una habitación, desvestirse y ponerse el pijama del hospital.
En media hora entra en la habitación un médico que se presenta como el anestesista y comienza a hacernos las preguntas típicas. Nos explica que van a bajarla a quirófano y le van a poner anestesia local para hacer la limpieza y la cura de las quemaduras.
Las horas van pasando...
Por fin, a las 13:00 entra una enfermera y se lleva a Natàlia a quirófano. Yo me quedo en la habitación esperando.
Por suerte para Natàlia, una de las doctoras que la trataron hablaba algo de español y le iba explicando su estado y el tratamiento.
Lo cierto es que en el hospital de Harstad, todo el personal fué muy amable y atento en todo momento.
A eso de las 14:00h suben a Natàlia de nuevo a la habitación y nos dicen que se quede tumbada mientras esperamos al médico para que se le pase el efecto de la narcosis.
El Doctor nos explica que le han limpiado la herida, retirado la piel quemada y sellado de nuevo los vendajes. Nos dice que no hay problema para seguir con nuestro viaje pero debemos acudir a un médico cada 3 dias para limpiar de nuevo la herida y renovar el vendaje.
Así lo haremos. A pesar de todo son buenas noticias.
A las 15:00h salimos del hospital y cogemos la moto rumbo a Mo i Rana, la próxima ciudad importante en el recorrido prvisto, dando las islas Lofoten por más que vistas.
Cogemos un ferry que nos cruza a la península:
Una vez en la península de nuevo, intentamos llegar lo más lejos posible, pero unas obras nos impiden el paso durante 20 minutos y después nos obligan a ir detras de un camión que va abriendo camino a 40 por hora...
Así que como llueve un poco y más al sur hay unos nubarrones que asustan, decidimos no forzar más la pierna de Natàlia y paramos en un hytte:
Noa cuesta 300 NOK, unos 40 € y está bastante bien. Hacemos una cenita ligera y nos acostamos, que mañana queremos intentar recuperar algo del tiempo perdido. Esto es lo que nos espera...
Nuevamente, la etapa de hoy ha sido muy ligerita de quilómetos. Ahora os contaremos la razón.
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La mañana comienza en el cámping de Harstad, donde pasamos el dia de ayer. Nos levantamos temprano para llegar al hospital, donde teníamos visita a las 10h. Queríamos llegar un poco antes para ver si nos atendían rápido y podíamos seguir bajando.
Nuestros ánimos estaban por los suelos. Para rematar el fatal dia de ayer, se nos mojó el portátil donde llevábamos toda la información del viaje y otras cosas importantes y dejó de funcionar. Kaput.
La pasada noche hubiera firmado con mi sangre para estar en casa y no en este lugar en el culo del mundo; mi mujer está herida de cierta gravedad, nos estamos quedando sin dinero en la cuenta de la tarjeta con la que pagamos todo y sin ordenador no puedo hacer transferencias. En fin. Llamé a mi hermano para que mirase si había algún vuelo. Me devolvió la llamada y me dijo que existia una posibilidad desde Narvik, ciudad cercana.
Con tales ánimos vamos al hospital, pensando que la cosa iría rápida. Al llegar hacen pasar a Natàlia a una habitación, desvestirse y ponerse el pijama del hospital.
En media hora entra en la habitación un médico que se presenta como el anestesista y comienza a hacernos las preguntas típicas. Nos explica que van a bajarla a quirófano y le van a poner anestesia local para hacer la limpieza y la cura de las quemaduras.
Las horas van pasando...
Por fin, a las 13:00 entra una enfermera y se lleva a Natàlia a quirófano. Yo me quedo en la habitación esperando.
Por suerte para Natàlia, una de las doctoras que la trataron hablaba algo de español y le iba explicando su estado y el tratamiento.
Lo cierto es que en el hospital de Harstad, todo el personal fué muy amable y atento en todo momento.
A eso de las 14:00h suben a Natàlia de nuevo a la habitación y nos dicen que se quede tumbada mientras esperamos al médico para que se le pase el efecto de la narcosis.
El Doctor nos explica que le han limpiado la herida, retirado la piel quemada y sellado de nuevo los vendajes. Nos dice que no hay problema para seguir con nuestro viaje pero debemos acudir a un médico cada 3 dias para limpiar de nuevo la herida y renovar el vendaje.
Así lo haremos. A pesar de todo son buenas noticias.
A las 15:00h salimos del hospital y cogemos la moto rumbo a Mo i Rana, la próxima ciudad importante en el recorrido prvisto, dando las islas Lofoten por más que vistas.
Cogemos un ferry que nos cruza a la península:
Una vez en la península de nuevo, intentamos llegar lo más lejos posible, pero unas obras nos impiden el paso durante 20 minutos y después nos obligan a ir detras de un camión que va abriendo camino a 40 por hora...
Así que como llueve un poco y más al sur hay unos nubarrones que asustan, decidimos no forzar más la pierna de Natàlia y paramos en un hytte:
Noa cuesta 300 NOK, unos 40 € y está bastante bien. Hacemos una cenita ligera y nos acostamos, que mañana queremos intentar recuperar algo del tiempo perdido. Esto es lo que nos espera...
domingo, 17 de julio de 2011
13ª etapa: Islas Lofoten - Harstad 95 km
17 de julio de 2011
Bueno, el día de hoy ha sido para olvidar o para reirnos al contarlo cuando estemos en casa. La ruta hecha en moto ha sido la siguiente:
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Como veis, vamos en sentido contrario. No, no es que hayamos decidido volver a Cabo Norte! Ante todo quisiéramos decir a familiares y amigos que estamos bien para no crear alarmas, pero hemos tenido un incidente que ahora os contamos.
Resulta que a las 7 de la mañana me despiertan unos gritos inhumanos de Natàlia. Nunca la había oído pegar tales chillidos. Obviamente salto de la cama y me encuentro que se ha tirado el agua hirviendo del café en la pierna.
Al quitarle el pijama vemos que le ha saltado la piel del muslo derecho. La herida tiene realmente muy mala pinta. Me dirijo corriendo a buscar agua fría para ir echándosela poco a poco sobre la quemadura, mientras la pobre sigue llorando con mucho dolor.
Mientras, voy dando zancadas a la recepción del cámping para que avisen a un médico. Estaba cerrada. Mierda! Estoy de los nervios. Llamo al 112 mientras le doy un ibuprofeno a ella y me zampo yo un diazepán para la ansiedad. Consigo, después de explicar la historia a tres personas distintas, que nos manden una ambulancia. El problema es que estamos muy aislados, la ciudad más cercana con hospital es Harstad, a unos 90 km, más de una hora en coche o moto.
Por suerte la ambulancia no tardó tanto, llegó en unos 20 minutos. Le lavan las quemaduras en el mismo hytte, le ponen unos apósitos antiquemaduras y le envuelven la pierna con film transparente. Deciden llevársela en la ambulancia a Harstad para hacerle las curas.
Natàlia está un poco asustada ya que ella no pensaba que tuvieran que llevársela. Me dice que la acompañe en la ambulancia, pero eso es muy complicado porque después no tendríamos forma de volver a por la moto y las maletas. Así que le digo que estaré en el hospital casi al mismo tiempo que ella. La ambulancia se marcha.
Yo, mientrastanto hago las maletas a toda prisa, las monto en la moto y sigo el mismo camino, saltándome todos los límites de velocidad. Esta carretera, la E-10, está limitada a 60 km/h en muchos tramos y creo que no bajé de los 120.
En el hospital, la atienden nada más llegar. Le curan la pierna y la meten en una bañera para quemados. Cuando yo llego, le están curando de nuevo y aplicándole un vendaje. Está ya mucho más calmada y dice que ya no siente dolor. Chica dura!
El médico nos cuenta que ha sufrido quemaduras de segundo grado y que el vendaje se le debe cambiar mañana y, a partir de ahí, cada dos o tres dias.
Tras esto, intento convencerla de que lo mejor es que tome un avión en Narvik, que esta bastante cerca, y regrese a casa. Hay un vuelo directo dentro de 3 dias. Pero la tía se niega en redondo. Dice que un poco de agua caliente no le estropeará sus vacaciones. Imposible convencerla. El doctor nos dice que no hay problema para ir en moto siempre que pare a cambiar los vendajes y hacerse las curas. Así lo haremos.
Ya que mañana hay que curar y cambiar vendajes, decidimos quedarnos en esta ciudad. Cogemos un Hytte a 4 km. Natàlia dice que ya no siente ningún dolor, aunque viendo las heridas me parece bastante increíble.
Por suerte, a esta hora de la tarde nos estamos riendo de la mala experiencia. Hace un día espléndido. Y Natàlia se encuentra bien, sin dolor y con unas ganas inquebrantables de seguir con nuestro viaje...
Este es el Hytte donde nos hemos relajado esta tarde y dormiremos. Nos ha costrado unos 50€ al cambio.
Por suerte todo ha terminado bien. La prudencia en este tipo de viaje se debe tener en la carretera sobretodo pero, como veis, también pueden ocurrir accidentes fuera de ella.
Quisiera agradecer a Lidia, la hermana de Natàlia y nuestro médico de familia favorito, la ayuda telefónica que nos ha prestado a esas horas de la mañana. Un petó enorme des d´aquí!
Bueno, el día de hoy ha sido para olvidar o para reirnos al contarlo cuando estemos en casa. La ruta hecha en moto ha sido la siguiente:
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Como veis, vamos en sentido contrario. No, no es que hayamos decidido volver a Cabo Norte! Ante todo quisiéramos decir a familiares y amigos que estamos bien para no crear alarmas, pero hemos tenido un incidente que ahora os contamos.
Resulta que a las 7 de la mañana me despiertan unos gritos inhumanos de Natàlia. Nunca la había oído pegar tales chillidos. Obviamente salto de la cama y me encuentro que se ha tirado el agua hirviendo del café en la pierna.
Al quitarle el pijama vemos que le ha saltado la piel del muslo derecho. La herida tiene realmente muy mala pinta. Me dirijo corriendo a buscar agua fría para ir echándosela poco a poco sobre la quemadura, mientras la pobre sigue llorando con mucho dolor.
Mientras, voy dando zancadas a la recepción del cámping para que avisen a un médico. Estaba cerrada. Mierda! Estoy de los nervios. Llamo al 112 mientras le doy un ibuprofeno a ella y me zampo yo un diazepán para la ansiedad. Consigo, después de explicar la historia a tres personas distintas, que nos manden una ambulancia. El problema es que estamos muy aislados, la ciudad más cercana con hospital es Harstad, a unos 90 km, más de una hora en coche o moto.
Por suerte la ambulancia no tardó tanto, llegó en unos 20 minutos. Le lavan las quemaduras en el mismo hytte, le ponen unos apósitos antiquemaduras y le envuelven la pierna con film transparente. Deciden llevársela en la ambulancia a Harstad para hacerle las curas.
Natàlia está un poco asustada ya que ella no pensaba que tuvieran que llevársela. Me dice que la acompañe en la ambulancia, pero eso es muy complicado porque después no tendríamos forma de volver a por la moto y las maletas. Así que le digo que estaré en el hospital casi al mismo tiempo que ella. La ambulancia se marcha.
Yo, mientrastanto hago las maletas a toda prisa, las monto en la moto y sigo el mismo camino, saltándome todos los límites de velocidad. Esta carretera, la E-10, está limitada a 60 km/h en muchos tramos y creo que no bajé de los 120.
En el hospital, la atienden nada más llegar. Le curan la pierna y la meten en una bañera para quemados. Cuando yo llego, le están curando de nuevo y aplicándole un vendaje. Está ya mucho más calmada y dice que ya no siente dolor. Chica dura!
El médico nos cuenta que ha sufrido quemaduras de segundo grado y que el vendaje se le debe cambiar mañana y, a partir de ahí, cada dos o tres dias.
Tras esto, intento convencerla de que lo mejor es que tome un avión en Narvik, que esta bastante cerca, y regrese a casa. Hay un vuelo directo dentro de 3 dias. Pero la tía se niega en redondo. Dice que un poco de agua caliente no le estropeará sus vacaciones. Imposible convencerla. El doctor nos dice que no hay problema para ir en moto siempre que pare a cambiar los vendajes y hacerse las curas. Así lo haremos.
Ya que mañana hay que curar y cambiar vendajes, decidimos quedarnos en esta ciudad. Cogemos un Hytte a 4 km. Natàlia dice que ya no siente ningún dolor, aunque viendo las heridas me parece bastante increíble.
Por suerte, a esta hora de la tarde nos estamos riendo de la mala experiencia. Hace un día espléndido. Y Natàlia se encuentra bien, sin dolor y con unas ganas inquebrantables de seguir con nuestro viaje...
Este es el Hytte donde nos hemos relajado esta tarde y dormiremos. Nos ha costrado unos 50€ al cambio.
Por suerte todo ha terminado bien. La prudencia en este tipo de viaje se debe tener en la carretera sobretodo pero, como veis, también pueden ocurrir accidentes fuera de ella.
Quisiera agradecer a Lidia, la hermana de Natàlia y nuestro médico de familia favorito, la ayuda telefónica que nos ha prestado a esas horas de la mañana. Un petó enorme des d´aquí!
sábado, 16 de julio de 2011
12ª etapa: Tromsø - Islas Lofoten 350 km
16 de julio de 2011
Hoy finalmente amanece un dia soleado. La ruta de hoy ha sido esta:
Ver mapa más grande
Hemos dedicado la mañana a visitar la ciudad de Tromso. Para llegar aquí se debe abandonar la E-6 y desviarse de la ruta unos 80 km por la carretera E-8.
Lo cierto es que nuestra primera intención era la de parar una horita, lo justo para visitar los lugares más emblemáticos de la ciudad, pero cuando hemos llegado, la ciudad estaba muy animada. Aqui el ambiente es muy alegre cuando luce el sol y nos ha gustado tanto que finalmente nos hemos quedado a comer y hemos salido de aquí hacia las 15:30.
Para llegar a la ciudad hay que cruzar un magnífico puente que une ambos lados del fiordo donde se encuentra Tromso:
Hemos visitado la Catedral Ártica:
Su bonita catedral de madera:
Sus peculiares calles y el puerto:
Lo que para estas latitudes es la mayor ciudad del ártico noruego, en España sería un pueblo pequeño-mediano. Pero sus calles estaban llenas de música, paradas de comida, en definitiva un ambiente muy agradable que no veíamos desde hacia varios dias.
Fijaos en el detalle de las calzadas de la ciudad:
El pavimento está totalmete rayado y rebajado hasta unos 10 cms por el trabajo de las máquinas quitanieves. En invierno deben pasar casi a diario.
Finalmente, tras un picnic en un bonito parque cogemos la moto. Otros 80 km hasta volver a la E-6 y vamos dirección a las islas Lofoten.
Para entrar en estas islas debemos pasar otro puente, este de un tamaño espectacular, que une las islas con la península:
Nos queda muy claro que los escandinavos saben hacer unos puentes que nos dejan boquiabieros.
Nuestra intención era quedarnos en el primer cámping tras cruzar el puente, ya que llevábamos ya 300 km, hechos solo por la tarde, y eran ya las 19:30. Pero resultó que el primero que encontramos estaba a unos 50 km, muy aislado y además un poco caro (unos 65 € un hytte bastante cutrillo), pero eran ya las 20:00 pasadas y eso es muy tarde en estas latitudes para buscar otro cámping. Así que nos quedamos.
Nuestra intención para mañana es recorrer las Lofoten con tranquilidad y coger el ferry que nos llevará de un pueblo llamado Å hasta Bodo, de nuevo a la península.
Hoy finalmente amanece un dia soleado. La ruta de hoy ha sido esta:
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Hemos dedicado la mañana a visitar la ciudad de Tromso. Para llegar aquí se debe abandonar la E-6 y desviarse de la ruta unos 80 km por la carretera E-8.
Lo cierto es que nuestra primera intención era la de parar una horita, lo justo para visitar los lugares más emblemáticos de la ciudad, pero cuando hemos llegado, la ciudad estaba muy animada. Aqui el ambiente es muy alegre cuando luce el sol y nos ha gustado tanto que finalmente nos hemos quedado a comer y hemos salido de aquí hacia las 15:30.
Para llegar a la ciudad hay que cruzar un magnífico puente que une ambos lados del fiordo donde se encuentra Tromso:
Hemos visitado la Catedral Ártica:
Su bonita catedral de madera:
Sus peculiares calles y el puerto:
Lo que para estas latitudes es la mayor ciudad del ártico noruego, en España sería un pueblo pequeño-mediano. Pero sus calles estaban llenas de música, paradas de comida, en definitiva un ambiente muy agradable que no veíamos desde hacia varios dias.
Fijaos en el detalle de las calzadas de la ciudad:
El pavimento está totalmete rayado y rebajado hasta unos 10 cms por el trabajo de las máquinas quitanieves. En invierno deben pasar casi a diario.
Finalmente, tras un picnic en un bonito parque cogemos la moto. Otros 80 km hasta volver a la E-6 y vamos dirección a las islas Lofoten.
Para entrar en estas islas debemos pasar otro puente, este de un tamaño espectacular, que une las islas con la península:
Nos queda muy claro que los escandinavos saben hacer unos puentes que nos dejan boquiabieros.
Nuestra intención era quedarnos en el primer cámping tras cruzar el puente, ya que llevábamos ya 300 km, hechos solo por la tarde, y eran ya las 19:30. Pero resultó que el primero que encontramos estaba a unos 50 km, muy aislado y además un poco caro (unos 65 € un hytte bastante cutrillo), pero eran ya las 20:00 pasadas y eso es muy tarde en estas latitudes para buscar otro cámping. Así que nos quedamos.
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